29 de marzo de 2010

Preocupante actitud divisionista en la última asamblea de AGD-UBA

La gran asamblea del viernes pasado se vio empañada por un episodio que resulta preocupante por las consecuencias que puede tener para un gremio que se basa en la unidad de acción, los métodos democráticos y el impulso militante a las medidas de lucha. Un grupo de compañeros se retiró de la asamblea luego de que su propuesta sobre la forma de elección de la Junta Electoral fuera rechazada por una amplia mayoría de los presentes, precisamente cuando debía pasarse a discutir y votar la continuidad del plan de lucha. Resulta curioso que su argumentación se haya basado en un supuesto "ninguneo", por parte de la mayoría, a los reclamos de una "minoría" que no tendría posibilidades de expresarse. Una rara minoría, puesto que acababa de aprobarse la memoria y el balance de la AGD para el último período, sin que ninguno de los que minutos más tarde se presentaron como minoría cuestionara, propusiera modificaciones, planteara interrogantes o rechazos. Por el contrario, quedó aprobada casi por unanimidad con solo dos abstenciones.



Sorprende, asimismo, porque viene de parte de compañeros que en ningún caso han presentado a los docentes de nuestro gremio un planteo político que los presente como un agrupamiento con posiciones comunes. No es casual que así sea, ya que sus posiciones han sido, por el contrario, profundamente heterogéneas: la lista Violeta de Filo suele criticar el "exceso" de paros, a tal punto que en dicha facultad viene desplegando una acción de "mediadora" en los conflictos en lugar de representante de los docentes. Los militantes de la lista Marrón de la UBA, por su parte, realizan la objeción exactamente opuesta. Unos apoyaron al "campo" en el conflicto entre el gobierno y la gran patronal agraria, mientras otros se declararon neutrales. Ya son varias las asambleas en las cuales se conforma este tipo de bloques de circunstancia, que sin tomarse un sólo minuto en plantear diferencias políticas o debates sobre la forma de encarar los planes de lucha (el balance fue votado por unanimidad y cuando llegó el momento de discutir sobre la huelga ya se habían retirado), y mucho menos en difundir entre los docentes las bases de sus supuestos acuerdos políticos, busca presentarse como una "minoría" homogénea cuyos derechos democráticos "no son respetados".



En la AGD-UBA participan, desde hace ya una década, una amplia cantidad de agrupaciones y corrientes políticas: la propia Junta Electoral votada en la asamblea es una expresión de ello, ya que cuenta con la representació n de tres agrupamientos. Esa heterogeneidad política es lo que le da fuerza y activismo a nuestra gremial, en tanto se presente de manera abierta y democrática, como un factor de impulso a los debates y a la discusión política sobre la mejor forma de encarar nuestra actividad gremial. La conformación de "minorías" invisibles, que eluden el debate político y ponen en primer lugar la maniobra y el oportunismo, es por el contrario un factor de desorganizació n y divisionismo que a esta altura ya se han convertido en un llamado de atención para todos los que impulsamos y fortalecemos esta gremial.